miércoles, 5 de noviembre de 2008

Primer pedacito: de cómo y porqué llegó a dónde llegó

"Es tuya" le dijeron, y salió despavorido a la búsqueda de su más magnánima nadeza. 
"Esta es tu oportunidad de vivir", continuaron, "sin dejar marca alguna". Y allí fue; aturdido por el inmenso sueño de hacer lo que quería y cagarse en todos y recorrer el mundo en su velero invisible y navegar. Fue a parar junto a muchos otros igualitos a él en una isla enormemente aislada que se hizo llamar Igualandia, cuya característica determinante es que le ofrecía a toditos los guacho la capacidad de ser quiénes quisieran ser. Alto, bonito, bajito, barato, putito, negrito, enfermito, modelo, abogado, plomero, moroso, ilegal, presidente. En fin, en Igualandia todos los guachitos podían ser diferentes; bien diferentes. 
"Y cómo funciona?" se pregunta usted. "Con todo el mundo diferente eso debe ser un gran quilombo!" Vaya que es una gran pregunta, uste sí que es inteligente, de dónde es? No se quiere venir para acá? Nosotros se la damos sin problemas. Venga, venga que hay lugar para todos. Sí, claro, puede andar disfrazado de esfincter! Como no! No pasa nada...
Y allí fue. Pensó por un instante que se iba a arrepentir. Que tal vez no quería poder ser diferente; que tal vez el tendría un lugar en otro lado dónde habrían muchos más como él, igualitos igualitos. Después se dejó llevar por los colores y las banderas y las millones de palabras y de imagenes que lo rodeaban y le daban ideas (ideas?) de lo que podía llegar a ser, y la cantidad de guerras que podría librar y las rejas de color blanco a las que se podría montar disfrazado de esfincter y casado con la idea de que él podía hacer algo. Navegó en el asiento 31B de American Airlines y llegó.

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