miércoles, 5 de noviembre de 2008

Diferencia es igualdad: primera hipo tesis dialéctica posmoderna.

Olvidesé del ser. 
Piense en el ser humano como lo que es a los ojos de un Estado de Control (una institución política de índole democrático): un cuerpo vacío y virgen dónde se pueden introducir modelos a través de la propia elección del cuerpo. Un cuerpo autosuficiente que, proporcionado con un número ilimitado de opciones, se erige en una persona con un número limitado de características. Algunos llaman este proceso personalización (Lipovetsky), otros lo llaman libertad (George Bush), otros simplemente lo llaman democracia, o mercado.
La persona que al ser no se asoma tiene ante sus ojos la voraz necesidad de crearse y creerse diferente; y se cree dotado de esta capacidad pues acude al supermercado y elige un poco de intelectualidad, un poco de nacionalismo, un poco de psicología, un poco de educación, una pizca de pertenencia y otra de espíritu revolucionario. Y muchas, muchas papas fritas. Enciende la televisión y elige de los miles de canales, todos los que crea que se adaptan a sus gustos. Si ningun canal se adapta, recurre al internet. Y allí están todos sus gustos. Los de él, lo de ellá, los del perro que celebra su comunión, y los de la tía que se acaba de recuperar de cáncer de mama. 
Es una persona diferente: porque la combinación que realizó del canal 68, 11, 24 y 1033 multiplicado por la cantidad de páginas web que marcó como favoritas, sumado a los tres paquetes de mayonesa light que consumió en el supermercado, lo hicieron una persona completamente distinta a todas las otras, claro está.
Cuánto mayor cantidad de opciones mayor la sensación de diferencia de la persona. 2+2. Sin embargo, a mayor cantidad de opciones proporcionadas, mayor capacidad de control sobre las elecciones de la diferencia. Cada vez se puede ser más diferente y cada vez hay menos obstáculos para la vida demócratica. Pues no hay elección fuera de las opciones existentes. La diferencia es para la democracia como la igualdad para el ejército; un instrumento de numeración y agrupación de lo cual todo forma parte y nada existe fuera de ello.

Primer pedacito: de cómo y porqué llegó a dónde llegó

"Es tuya" le dijeron, y salió despavorido a la búsqueda de su más magnánima nadeza. 
"Esta es tu oportunidad de vivir", continuaron, "sin dejar marca alguna". Y allí fue; aturdido por el inmenso sueño de hacer lo que quería y cagarse en todos y recorrer el mundo en su velero invisible y navegar. Fue a parar junto a muchos otros igualitos a él en una isla enormemente aislada que se hizo llamar Igualandia, cuya característica determinante es que le ofrecía a toditos los guacho la capacidad de ser quiénes quisieran ser. Alto, bonito, bajito, barato, putito, negrito, enfermito, modelo, abogado, plomero, moroso, ilegal, presidente. En fin, en Igualandia todos los guachitos podían ser diferentes; bien diferentes. 
"Y cómo funciona?" se pregunta usted. "Con todo el mundo diferente eso debe ser un gran quilombo!" Vaya que es una gran pregunta, uste sí que es inteligente, de dónde es? No se quiere venir para acá? Nosotros se la damos sin problemas. Venga, venga que hay lugar para todos. Sí, claro, puede andar disfrazado de esfincter! Como no! No pasa nada...
Y allí fue. Pensó por un instante que se iba a arrepentir. Que tal vez no quería poder ser diferente; que tal vez el tendría un lugar en otro lado dónde habrían muchos más como él, igualitos igualitos. Después se dejó llevar por los colores y las banderas y las millones de palabras y de imagenes que lo rodeaban y le daban ideas (ideas?) de lo que podía llegar a ser, y la cantidad de guerras que podría librar y las rejas de color blanco a las que se podría montar disfrazado de esfincter y casado con la idea de que él podía hacer algo. Navegó en el asiento 31B de American Airlines y llegó.