miércoles, 10 de junio de 2009

El trabajo expresivo- conceptual. Y el arte de la nada.

La expresividad-conceptual posmoderna (toma!) permite en efecto encontrarle un atractivo a la bajada de sisterna, o al experimento humano, al sadismo y la exposición como formas de arte. Por qué no entonces un arte que de verdad envuelva la causa del sinsentido (o la pérdida del sentido, digamoslo propiamente. de esto ya se sabe mucho.). Un arte que evoque propiamente el carácter de nuestra época. Pero no desde la reproducción escondida de signos que ya hemos visto. Sino, por el contrario, la virtud de la iluminación que nos confiesa que ya hemos perdido toda causa, que ya el lenguaje no rinde y que ya perdimos toda esencia de las cosas. La nada. Y el después de la nada. Hoy. No me quiero adelantar, pero, qué si en realidad en un trabajo de alabanza a la nada y un descubrimiento de la época (en el sentido de "des- cubrir", delatar un secreto, develar) no acabamos encontrando un verdadero sentido o al menos, un nuevo sistema para expresarlo? Que de verdad lo exprese... no que lo esconda, lo matice, lo reproduzca hasta la autodestrucción. Tal vez sea sólo otra versión de filosofía, tal vez nada tenga que ver con el arte. Tal vez, quizá, sea solo un intento más de otros viejos intentos. Pero, también, podría ser lo contrario. El algo.